Devocional semanal

¿Andamos en la carne o en el espíritu?

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Romanos 8:5
Nuestra mente y nuestro espíritu están ligados fuertemente, el espíritu sabe perfectamente todo lo que hemos hecho bueno y malo desde que tenemos uso de razón, en el transcurso de nuestras vidas; hacemos más lo malo, porque andamos en la carne. Nosotros sabemos lo que estamos pensando la mente puede disimular, fingir, engañar, etc y la mayor de las veces estamos pensando carnalmente, no importa donde estemos, que estemos haciendo, con quien estemos, nadie puede ver nuestro pensamientos, podemos ser hipócritas, mentirosos y engañar a medio mundo, solo a Dios no podemos engañar solo él discierne los pensamientos y las intenciones del corazón;

¿Qué necesitamos para cambiar de la carne al espíritu?
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido 1 Corintios 2:11-12
Para poder ser formados de la carne al espíritu necesitamos el espíritu de Dios que more en nosotros, en nuestras fuerzas nunca vamos a poder, necesitamos la ayuda de Él. Ya teniendo el espíritu de Dios en nosotros, y sí en verdad, queremos ser transformados vamos a comportarnos, pensar, actuar, hablar diferente a como lo fuimos anteriormente. 

Con su espíritu en nosotros, podemos discernir su palabra, conocer su sabiduría, que no es de este mundo y sí le pedimos con humildad y si está en la voluntad de Él nos dejara entender sus misterios. Una persona incrédula puede conocer o detectar las fallas y los defectos de un creyente, pero no es capaz de evaluar a una persona espiritual que ha sido transformada a hija o hijo de Dios.

Erasmo Felix

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