Devocional semanal

Dios nuestro reposo.

 
Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto. Hebreos 3:7-8


“Hoy” es una referencia al tiempo presente y debemos de acatar de inmediato la voz de Dios y no hacer lo que hicieron los Israelitas en el desierto después de su liberación en Egipto
Ellos vieron ls obras de Dios por 40 años y a causa de su rebelión contra Dios, a un generación entera de los hijos de Israel por su incredulidad, desobediencia y falta de fe les fue prohibida la entrada a ese reposo en la tierra prometida.
Esta imagen se aplica al reposo espiritual donde cada creyente individualmente entra al reposo del Señor.

Por tanto, juré en mi ira:
No entrarán en mi reposo. Hebreos 3:11


Puesto que falta que algunos entren en el reposo de Él, Dios otra vez determina un día que es Hoy. Debemos de exhortarnos unos a los otros cada día y examinarnos si en verdad estamos dentro del reposo de Dios.

Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Hebreos 4:1

en el pasado Dios se comunico con nuestros antepasados  por medio de profetas y ahora nosotros, por medio de Jesús y su palabra.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30


Jesús nos dice que hallaremos descanso para nuestras almas. Él fue quien padeció por nuestros pecados, nos llama al arrepentimiento, creer en su nombre, guardar sus mandamientos y reposar día a día en él, nuestros sufrimientos, problemas, angustias y necesidades etc.
Por medio de nuestra fe debemos acercarnos confiadamente  a Jesucristo par tener un descanso espiritual para tener vida eterna.
¿Cuándo es tu “hoy” y decides buscar a Jesucristo?

Si oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.

Erasmo Felix