Devocional semanal

“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.” Santiago 5:8

Estamos en un mundo donde anhelamos las cosas en un instante, vamos buscando y juzgando los servicios dependiendo de su velocidad; la comida, las compras, el mismo internet; vivimos tan apresurados, y esto es porque valoramos nuestro tiempo como algo importante y pareciera que no fuese mucho tiempo que tenemos en nuestra vida.

En esta sección Santiago hace una comparación: “el labrador espera el precioso fruto”
y “aguarda con paciencia la lluvia”. Necesitamos entender que aquello que estamos esperando no es un fruto perecedero que proviene de la tierra. Es algo eterno. ¿cuánto más no debemos esperar por este Precioso Fruto? Aunque vivamos en una sociedad de  “microondas”, necesitamos aprender a ser pacientes.

Mientras esperamos debemos de aguardar en Dios, quién da lo necesario (Lluvia) para nuestro crecimiento espiritual, pero vemos que de igual manera Santiago nos da consejos prácticos para que nosotros trabajemos de este lado del cielo.

  • Tengan paciencia
  • Afirmen sus corazones (cada día, examinarnos delante de Dios y su palabra)
  • No quejarnos de nuestros hermanos (la fricción es inevitable, durante esta carrera  no debemos de poner nuestros ojos en los corredores que están a nuestro lado, sino poner nuestros ojos en Jesús Hebreos 12:2)
  • No hagan juramentos que no van a cumplir. (En Filipenses Pablo dice que nosotros somos luminares en este mundo perverso y maligno, por la luz de Cristo que reflejamos en nuestras vidas, debe de haber una diferencia en nosotros, que las personas puedan ver y conocer que no somos de este mundo)
  • Mantenernos en Oración (unos por otros y por los enfermos), Adoración, Acción de Gracias y Confesión (nuestras ofensas unos con otros)

Todo esto tiene una implicación en la permanencia en la oración. 

“Jesús anhelamos tu venida, pero queremos esperarte a ti en oración, oración que nos lleve a la acción, oración que nos lleve a amar a nuestros hermanos, oración que nos lleve a alcanzar al perdido.”

José Aguilar

José Aguilar