Palabra Sana - Junio 2019

Inclina mi corazón y guarda mis ojos

Salmo 119.36–37 - Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia. Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.

¡Qué oración tan sabia! Y qué ejemplo para nosotros. Que hay una conexión entre los ojos y el corazón, no hay duda... Cuando los ojos se fijan en las cosas del mundo, el corazón se inclina hacia ellas.

El salmista reconoce que la ganancia, el honor, los placeres y todas las cosas que el mundo ofrece son vanidades y cuando el corazón está inclinado a amar esas cosas nos alejamos de Dios y su camino de vida.

Le pide a Dios que mejor incline su corazón hacia Sus testimonios y que le ayude a aparta sus ojos de la vanidad. 
Pero ¿cómo nos ayuda los testimonios de Dios? Los testimonios de Dios son una referencia a Su palabra y las historias de sus hechos pasados; como los milagros y poder que demostró en liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.

En las escrituras hay tantas historias del poder y la provisión de Dios para los suyos. Nos enseña que Dios da honor al humilde y no hay mejor ganancia que su gracia. Dice que en su presencia hay plenitud de gozo y delicias a su diestra para siempre. Cuando nuestro corazón está inclinado hacia la palabra de Dios podemos resistir las tentaciones que están delante de nuestros ojos y seguir en el camino que nos vivifica a experimentar una vida plena en Dios.

También nos hace bien ser sabios y no sujetar nuestros ojos a siempre estar mirando las cosas del mundo o las cosas del vecino. Así que limitemos nuestro tiempo delante de la tv, los redes sociales, hojeando un catálogo etc. Y así nosotros mismos apartamos nuestros ojos de la vanidad y mejor tomemos la Biblia para inclinar nuestro corazón hacia Dios.

¡Animo Hermanos, y sean vivificados en la palabra sana! 
Pastor Jesse Colón

Jesse Colón