En primer lugar, somos una iglesia que se fundamenta en la confesión de Pedro dicha en Mateo 16:16 al 18, en donde Cristo es el todo en nuestra vida personal y como congregación, porque de Él y para Él son todas las cosas (Romanos 11:36).
Así que el centro de nuestra búsqueda espiritual, nuestra adoración personal y congregacional y la profesión pública de nuestra fe es Cristo Jesús, nuestro Señor.
Llevar el evangelio de la cruz de Cristo, a través de la comunión, la adoración y el seguimiento de los mandamientos y promesas que Jesús nos ha dejado fielmente en su Palabra, a todo aquel que Dios ponga en nuestro caminar con Él (1 Cor. 15:1 y 2, Hechos 1:8).
Ser una iglesia comprometida con Cristo y su gran comisión, formando, a través de la Palabra de Dios, la Biblia, discípulos que amen a Jesús y que a través de sus vidas, animen a otros a seguirle y de ésta forma, establecer el reino de Dios, preparando a la gente de éste mundo para su segunda venida (Mateo 28:19 y 20).